El parque
automotriz crece de manera constante y las calles comienzan a recibir otros
medios de transporte como bicicletas y motos dejando de ser un espacio exclusivo
para autos. Algunos lo consideran natural, para otros es una molestia. Averiguamos
cómo se configura esta nueva forma de compartir la calle.
Para ello
conversamos con dos entendidos, por un lado el mecánico y reconocido locutor
radial Walo Frías, que tras el micrófono de las radios Futuro y Zero entrega
consejos automotrices, un tipo fanático de las motos y el Dakar. En el otro
lado de la calle conocimos la visión de Amarilis Horta, la directora de
Bicicultura, una agrupación de ciclistas que ve la actividad como una forma de mejorar
la vida incluyendo a todos los actores.
Walo Frias
considera que hoy se vive una situación crítica “porque se maneja en base a
imposición, donde el automovilista se siente dueño del espacio que ocupa, eso
responde a una cultura a lo individualista”. Explica que las bicicletas y motos
pueden fluir en los espacios donde no lo hacen los autos, pero, agrega “en
ocasiones siento que el ciclista pide más derechos de lo que él respeta”.
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Amarilis Horta |
En esa materia, para
Amarilis Horta lo principal es recorrer las calles con prudencia donde el
respeto mutuo es básico, “por eso celebro que cada vez hay más automovilistas
considerados con el ciclista pero aun se ven unos pocos que no lo son”. Por lo
mismo asegura que el principal paso es normar estos espacios que hoy están
pensados sólo para automóviles, donde los vehículos menores quedan totalmente
desprotegidos.
Ambos coinciden que
el automovilista debe entender que el usuario de vehículos pequeños no está ahí
para molestar si no para avanzar más rápido y no ocupar ese espacio físico por
mucho tiempo. “En ese sentido es importante educar al conductor – comenta Frías
– las dos ruedas son más frágiles y no puedes echarle el auto encima”. En esa misma
línea Amarilis explica que cuando el ciclista se pone al comienzo de la fila
esperando la luz verde lo hace para estar visible y partir primero, estar
en circulación cuando los demás recién se ponen en marcha.
¿Qué consejos le entregarían al automovilista para convivir mejor en el
espacio común?
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Walo Frías |
“El automovilista debe
manejar más relajado en el contexto de no sentirse invadido por una moto o
bicicleta, porque realmente el que va sobre dos ruedas no piensa ocupar el
espacio del auto pues no quiere correr riesgos innecesarios. El chofer debe tratar de estudiar esa lógica”. Considera el locutor radial.
Para Amarilis, el
conductor debe tener las mismas consideraciones que tiene con otro auto y
aplicarlas a un ciclista, esto pasa por estar atento y, por ejemplo, señalizar
al sobrepasar a una bicicleta y tomar una distancia suficiente de ella. "En
definitiva ser prudente, es lo mismo que les decimos a los ciclistas con relación
al auto”, sentencia.
¿Y que debería considerar el ciclista?
“El ciclista debe
tener respeto por los demás, expone Walo Frías, respeto por si mismo y por el
que comparte su espacio, sea peatón, un auto o moto”. Comenta que existe un
tema de sentido común, se necesita una educación urgente sobre actos imprudentes que hay que
cambiar. “Por ejemplo cuando circulan por la vereda tienen que tener cuidado en
los pasos peatonales y no tirarse pues siempre el peatón tapa al ciclista y
este puede terminar colisionado por el auto que dobla”.
Amarilis Horta
considera importante aclarar por donde deben circular los ciclistas. “No está
normado que deban ir por la
derecha. Por lo general se va por el lado hacia donde tengan
que doblar. No circular por la vía por donde van las micros y nunca hay que ir por
el centro ¡eso es indignante para los automovilistas y constituye un obstáculo
evidente para ellos”, explica.
La observación y la
educación es un elemento común para Horta y Frías. Estiman necesario incluir a
los peatones en esta conversación. “Hay varios que entienden que al no existir
vías seguras por las calles el ciclista debe usar las veredas – comenta Horta
- y muchos las comparten pero otros consideran inadmisible esa invasión. Eso es
comprensible al existir ciclistas imprudentes, pero hay que enseñarles que la
vereda no es su habitat natural por lo que deben ser respetuosos y así ganarse
el espacio”.
“El peatón también
debe ser observador – acentúa Frías - y percibir los estímulos, ya sea una
bicicleta, una moto y sobre todo como viene el vehículo acercándose a los
cruces peatonales, no es llegar y cruzar la calle. Todo pasa por
la educación”.
En Chile existe una
escuela sobre la coexistencia pacifica y armónica entre ciclistas y
automovilistas que se llama Cilorecreovia, apadrinada por el Instituto Nacional
del Deporte. Consiste en que en varias comunas liberan calles principales los
días domingos donde las personas pueden pedalear o caminar por ahí. Se da la
experiencia en que conductores de autos se suben a la bicicleta y aprenden cómo es andar por la calle en un vehículo menor o a pie, de esa manera se va
creando una empatía y para a relacionarse en un espacio común.
Este artículo será publicado en el próximo número de la revista de Toyota.