La sola llegada al aeropuerto de Balmaceda indica que será una gran aventura. Luego de 3 horas de vuelo desde Santiago nos recibe imponente y acogedora la pampa abierta que no reconoce los límites entre Chile y Argentina dando una bienvenida con olor a campo, cordero al palo, viento y naturaleza a destajo.
No estaríamos mucho tiempo en la zona por tanto decidimos pedalear por los alrededores de la capital regional y dejar los lugares más extremos para otra ocasión, como la Carretera Austral, que aún sigue pendiente pero que alguna vez rodaremos por esas rutas.
La cosa es que el primer destino fue la Reserva Nacional de Coyhaique. Se enfila hacia la salida norte (camino a Puerto Aysén), al lugar se llega pedaleando 6 km por la carretera pavimentada para comenzar a subir un camino de ripio y mucha calamina que debe tener unos 2 km y medio pero vaya que se hace pesada, básicamente por el mal estado y las curvas que siempre matan.
Descanso obligado en la entrada del parque.
Como siempre, el tiempo en la Patagonia es algo bastante difícil de predecir por lo que hay que andar preparado. A pesar que no llovía optamos por las calzas largas y cortaviento ya que uno nunca sabe cuando las gotas se dejan caer o baja la temperatura sin previo aviso. En esas condiciones entramos a este hermoso lugar, previo pago de $2500, que se puede pedalear por los senderos o por el camino de autos. Esta vez preferimos lo segundo y comenzar a gozar de un lugar lleno de vegetación, donde se puede encontrar un sin número de especies arbóreas y aves.
El día estaba algo nublado pero con la temperatura precisa para avanzar tranquilamente, siempre de subida, cada tanto se puede ver la ciudad desde las alturas del cerro.
La primera parada se hace en la Casa Bruja que según cuenta la leyenda hace poco menos de 100 años cuando Coyhaique estaba en pañales, apareció de la nada y ahí quedó para convertirse hoy en un museo a cargo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, que ese día estaba cerrado pero se podían apreciar algunas cosas desde la ventana.
Al retomar el camino se avanza unos 3 km más y se llega a una laguna hermosa, me atrevería a decir que es el mejor lugar de esa reserva, tiene quinchos, se puede acampar y hay un sendero ideal para cruzarlo en bicicleta orillándola completamente, cuenta con algunos miradores para las fotos, descansar y contemplar la magia patagónica.
Esa vuelta se puede hacer en unas 5 horas avanzando tranquilamente, incluso más ya que como está cerca de la ciudad los tiempos de descanso pueden ser mucho mas extensos que los habituales. Ahora si quieres hacerla rápido no debería llevarte más de dos horas y media, pero la verdad es que no vale la pena cuando la idea es gozar de los paisajes.
Datos:
- Distancia ida y vuelta: 35 km aprox.
- Dificultad: Media (dada por pedalear bastante subida y calamina. Exigencia física más que técnica).
- Atractivos: Gran variedad de árboles y aves. Lagunas, zonas de asado y camping. Vista panorámica de Coyhaique. Senderos para caminar y pedalear. Cerca de la ciudad, entrada barata.
GALERÍA DE IMÁGENES
se ve genial amigos , desde ya haciendo planes para ir de tour
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