Luego de realizar dos rutas relatívamente fáciles y cercanas, el próximo destino sería un poco más lejos y complejo, unos 25 km de Coyhaique hasta el Lago Atravesado, un lugar maravilloso y que está dentro de mis lugares predilectos en los alrededores de la ciudad, de esos que durante todo el camino te sorprende con algo mejor. Nunca lo había pedaleado y ahora sería la ocasión.
Partimos en la mañana con un día nublado que al poco andar, recién saliendo de Coyhaique, cayó como invitado de piedra el viento patagón, ese que te agarra la bicicleta y no deja avanzar y como si fuera poco comenzó a lloviznar. En lo personal no tenía intensiones de devolverme, le pregunté a mi chica y como ella es grande me dijo ¡Sigamos no más! ASÍ DA GUSTO PEDALEAR ACOMPAÑADO.
La suerte estaba echada y tomamos rumbo hacia el oeste, parte del camino es el mismo que para El Claro, pero en un punto, antes del aeródromo Teniente Vidal, uno se desvía hacia la izquierda para tomar el camino de ripio y comenzar la travesía por los campos más bonitos que hay en ese sector. Fue curioso eso si, que a diferencia de las otras salidas, esta vez nos topamos con varios automovilistas poco amables que no pretendían disminuir la velocidad ni en sentido contrario ni cuando nos pasaban lo que significaba comerse una buena nube de polvo y el consiguiente peligro que saltaran piedras, si a eso le sumamos el tiempo rebelde que hacía gala de su mal humor el panorama no era el ideal en ese minuto.
El paisaje mejoraba a poco andar y también comenzaron las sorpresas en el camino con un gaucho, su caballo, perros y un puñado de vacas que venía arreando tal vez de donde. Esa imagen es clásica de la zona, aunque ya no se ve tanto como antes, pero es una maravilla toparse con lo más típico de lo rural y sobre todo ver trabajar a los perros ovejeros que desde cachorros aprenden el oficio de ayudar a su amo a llevar el ganado a destino.
El verde iluminado de las praderas, las subidas y bajadas, las lagunas y riachuelos van apareciendo por la ruta y es ahí cuando uno agradece la posibilidad de subirse a la bicicleta y llegar donde te da la gana. Estar en medio del campo, sentir el aroma rural es inigualable. Cascadas al costado del camino que saltan imparables te dan la bienvenida a la exuberancia natural recordando que uno es sólo un visitante.
Datos:
- Distancia ida y vuelta: 50 km.
- Dificultad: Media (ripio y camino con harta bajada y subida)
- Atractivos: Campos verdes, animales, lagunas, lagos, cascadas, ríos al alcance de la mano.
GALERÍA DE IMÁGENES
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